Por poco que me conozcáis, sabréis que soy bastante tímida y no me gusta llamar la atención.
Parte de eso hay en el hecho de que casi siempre vaya de negro (y mi madre estará leyéndo esto asintiendo resignada…), pero sin embargo, hay algo que me ha hecho convertirme en «la chica de las zapatillas rosas» y que de igual cómo vaya vestida, que siempre llevo unas zapatillas rosa fucsia bastante llamativas… sobre todo para lo que yo soy.
No entraba en mis planes hablaros de unas zapatillas en este blog, y ni me han pedido que lo haga, ni nada parecido, pero tengo que contároslo, igual que se lo cuento a todo las personas con las que me cruzo últimamente… porque estoy a·lu·ci·na·da…
Hace unos meses (creo que antes del verano) Skechers me enviaba para que las probara, unas zapatillas para caminar que prometían ser muy flexibles.
Eran de un fucsia precioso, aunque algo atrevido para mi, como os decía al principio.
Por aquel entonces yo comenzaba a correr y pasaba horas en la elíptica, así que nunca veía el momento de probarlas. Pasaron bastantes semanas y un día, después de un viaje en el que había pasado muchas horas con tacones, decidí ponérmelas en casa.
No daba crédito. Era (os lo juro) como si me estuvieran dando un masaje. No es que fueran cómodas, es que estabas mejor que descalza… la sensación era casi placentera.
Desde ese momento pasaron a ser parte de mi calzado habitual (excepto para correr e ir al gimnasio).
En el último viaje a Disneyland París decidí llevarlas. Admito que como ya era consciente de la cantidad de kilómetros que se caminan en el parque así que me llevé otras «por si las moscas».
Más de 20 km diarios caminando y en ningún… NINGÚN momento me cansé, me dolieron los pies o sentí la necesidad de descalzarme. Me quedé tan alucinada que voy haciéndoles publicidad por allá donde voy, y os aseguro que media familia se las ha comprado ya en otros colores.
Las mías son rosas, con cordones y con la suela que parece hecha con piezas de Lego, que se separan al doblarla… imagino que ese es el secreto de que sean taaaaaaan cómodas…
Os pongo esta foto para que veáis cómo se separan las piezas de la suela, aunque no son el modelo que yo tengo, que es el de las primeras fotos del post.
A raíz de las preguntas que me han hecho amigas y familiares, he visto que hay una versión sin cordones, tipo Vans, y varios colores.
De verdad, no quería dejar la oportunidad de contároslo porque son impresionantes (de hecho he probado otras de la misma marca y si buscáis comodidad, como estas no hay otras).
No sé el precio, pero he visto que otros modelos rondan los 60-70 euros.
Se venden, que yo sepa en El Corte Inglés y en algunas zapaterías según he visto en la web.