Las prisas nunca fueron buenas…

Nadie es profeta en su tierra pero yo, normalmente, presumo de ser siempre «fiel mis colores» y defender a los míos siempre que sea posible.
Pero hoy, aunque me duela, tengo que decir que Nuestra Pe no acertó en la ceremonia de los Oscars de 2011.
Estaba estupenda, mejor dicho, estupendísima, tan sólo un mes después de dar a luz a su primer bebé, pero su estilismo no me gustó nada de nada a pesar de ser de L´Wren Scott.
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No sé si las dietas más drásticas y las recuperaciones veloces merecen la pena con tal de poder asistir al Teatro Kodak y hacerlo además del brazo de uno de los nominados a mejor actor, francamente no lo sé.
Cada uno es dueño de su cuerpo y de sus ambiciones pero tampoco creo que, por muchos flashes a los que te enfrentes, tengas que intentar lucir un tipazo a toda costa… aunque lo tengas.
Pero que nadie se confunda, su rápida recuperación me causa envidia (siempre que no haya puesto en juego su salud, que imagino que no…), pero no es lo que critico.
Lo que critico es tener que ir con el vestido más ajustado que encontró en los escaparates de Beverly Hills.
Porque precisamente en la alfombra roja más glamurosa del mundo, se ven todos los años estilismos preciosos, elegantes y sencillos que pueden esconder algún gramo de más y no pretenden enseñar a toda costa el fantástico cuerpo que tienen tan sólo un mes después de dar a luz.
No me pareció acertado el escote pronunciadísimo. Ya sabemos que una de las ventajas de embarazos y post-partos es tener un pecho de cine y además, si como afirman utiliza los productos de Mama Mio como Boob Tube, seguirá estando fantástico durante mucho tiempo, pero ¿no podía haber elegido algo menos evidente?
Pero vamos con la que para mi (y en esto es raro que coincidamos…cada una tiene sus gustos), fue la mejor vestida de la noche: Cate Blanchett vestida de Givenchy.
Cate Blanchett
Cate Blanchett
Otra que me gustó fue Gwyneth Paltrow con un modelo de Calvin Klein, bastante original.
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Chanel, siempre es un acierto, y Michelle Williams supo estar a la altura, elegante y espectacular.
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Y quitando los abundantes vestidos rojos, la única nota de color puesta con exquisita elegancia la puso Rhea Durham, mujer de Mark Wahlberg.
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Y a vosotras ¿qué os pareció Penélope Cruz?
¿Quién os gustó más?