Que Maybelline NY lance un nuevo producto de maquillaje suele generar en mi bastante emoción y, si además, se trata de un eyeliner, no os quiero ni contar.
Después del descubrimiento que supuso el eyeliner en crema, casi todo han sido alegrías con esta marca pero hoy, os cuento su último lanzamiento y por qué (pese a no haberlo probado aún), no me termina de convencer.
En los últimos meses suelo darle bastante protagonismo al maquillaje de ojos y puede que por ello, me haya vuelto más exigente.
Al igual que con las máscaras de pestañas, a un eyeliner le pido varias cosas: que pigmente mucho (es decir, que el color sea intenso y no desaparezca al rato), que aguante horas resistiendo al calor, las lágrimas, o la vida ajetreada (yo jamás me retoco) y que sea fácil de aplicar para conseguir el resultado que promete.
Y es en esto último en lo que el último lanzamiento de Maybelline, Master Precise Curvy, creo que falla.
Promete larga duración, y dicen que incorpora una «fórmula anti-temblor» que solo por el nombre muero por probarlo…
La punta es gruesa y parece de fácil aplicación pero el recipiente, es decir el producto, lo que sostienes con la mano para aplicarlo me parece grueso y difícil de manejar.
En España los vídeos se limitan a ponernos a Clara Lago diciendo que es maravilloso y simulando que pinta un bordecito del ojo, con lo que no dan demasiada información.
Así que he buscado vídeos reales y he encontrado este de Maybelline Australia en el que (a ver qué os parece a vosotras) a mi me da la impresión que no es nada fácil de aplicar.
El precio ronda los 8 euros y, como os digo, intentaré probarlo, pero me da a mi que esta vez Maybelline NY no me va a convencer…
