En mi caso no es porque haya visto fotos de influencers extranjeras en Instagram.
En mi caso es porque cada vez que me pongo una mascarilla, del tipo que sea, desde que tengo niños, juego a que soy un monstruo, o lo que se nos ocurra y nos reímos un rato.
Todo empezó porque no se asustarán la primera vez que me vieron con la cara cubierta (creo recordar que fue una mascarilla de carbón de MAC) y al final, se ha convertido en una divertida costumbre.
Así que cuando descubrí las mascarillas con caras de animales, comprenderéis que me fascinaron.
El problema en un principio era el precio, pero ahora, podemos encontrarlas cada vez más asequibles.
Mi último descubrimiento son las mascarillas Face Love que se venden en perfumerías Douglas, y que nos permiten «disfrazarnos» de tigre, nutria marina, oso panda o una pantera negra mientras cuidamos nuestra piel.
Vienen en sobres monodosis y se aplican retirando el papel, colocándolas sobre el rostro limpio.
En verano se pueden meten en la nevera para que, además, nos refresquen.
Se venden en Douglas, a un precio es 4,95 euros/unidad.