No nos engañemos: el dinero no es lo más importante en la vida, ni mucho menos… pero que nos haría la vida mucho más fácil es una verdad como un templo…
Por unos momentos he soñado con ser una de esas personas anónimas, desconocidas, envidiadas, y casi odiadas por todos, que tienen la suerte de que un día, un boleto premiado de los euromillones se cruce en su camino y su vida cambie para siempre.
Y ¿qué se hace cuando te dan semejante noticia? Pues creo que lo primero es salir, irte muy lejos y buscar un refugio donde relajarte y pensar qué hacer con tantísimo dinero…
Pues yo ya tengo el mío. Creo que me iría directita a Suiza, en concreto a Clinique La Prairie, un SPA y centro médico lujosos donde los haya, donde empezar a pensar, a relajarme y a cuidarme, porque para ser rica hay que cuidarse.
Imáginaros tener todo el dinero del mundo para comprarte un vestido de Gucci cada semana y que un michelín lo estropee … no, no, eso no puede ser.
Bueno sígamos con mi sueño.
Iba camino de Clinique La Prairie en Montreux, Suiza a pocos minutos de Ginebra y con los Alpes de fondo, como si se tratara de un decorado.
Una vez allí, te reciben como a una estrella y te muestran las instalaciones que son como un hotel de cinco estrellas.
Creo que lo primero que probaría sería el famosos tratamiento de Revitalización, diseñado para promover la vitalidad, mejorar el sistema inmunológico y combatir los efectos del envejecimiento.
Aunque la edad media de los pacientes es de 40 ó 50 años, creo que me daría el capricho.
Por supuesto, me diseñarían un programa de bienestar total, los servicios médicos, de belleza, de dietética y disciplinas de fitness que más me convienen, puede que me hiciera algún chequeo pero lo que probaría seguro, seguro es el SPA cuenta con un servicio completo de talasoterapia y un centro de fitness con dos piscinas, entre otras cosas.
Y después, para reponer fuerzas, que esto de ser multimillonaria es agotador…, me iría al restaurante de la clínica, prestigioso gracias a la espléndida cocina del chef Jean-Bernard Muraro, que define su cocina como “de mercado, de estación, sabrosa y continental pero, sobre todo, influenciada por sabores mediterráneos, de la Saboya y del Jura, con una sutil mezcla de productos”… vamos que no le falta de nada…
Lo sé. Estáis pensando lo mismo que yo… en mi próxima visita a Gucci y en el michelín… No os preocupeis, está todo pensado.
Resulta que la Clinique La Prairie, para celebrar su 80 aniversario, ha sacado a la luz un menú de tan sólo 620 calorías para que el vestido me siente como un guante:
* Tartar de vieiras con tomate seco y pesto de rúcula
* Cigalas salteadas y colmenillas de primavera con espárragos verdes y sabayon ligera sin yema
* Gallo de San Pedro al horno con comino al zumo de zanahoria e hinojo y habas a la naranja
* Mousse de Chocolate ligera
Además, el asesoramiento dietético es uno de los puntos fuertes de la clínica, así que además de relajarme saldré de allí como nueva y sin un gramo de más…
Después un par de tratamientos de belleza, alguna clase de yoga y rumbo a Madrid, como nueva…quiero decir, como nueva rica…