«¿De qué sirve poner el culo duro si no nos liberamos de nuestros miedos?».
Le robo esta frase a mi amiga Silvia Capafons, a la que conoceréis de sobra, por sus artículos en SModa, Telva y tantísimas otras revistas, con la que tuve la suerte de asistir ayer a la presentación del nuevo centro de CALIFORNIAN HOT YOGA («CHY» para los amigos) en La Moraleja.
En realidad, la frase fue una de tantas con las que nos quedamos ayer tras la clase de Yoga con Macarena Cutillas, en una mañana en la que se dió una de esas conexiones mágicas que aúnan amigas, trabajo y… deporte.
Me lo pienso dos veces antes de decir «deporte» porque tal y como nos explicaron (sobre todo a mi que, aún consciente de los beneficios que reporta esta disciplina, soy aún bastante «novata» en el mundo del yoga…).
El yoga no es un deporte. El yoga no es «relajarte». El yoga no es poner posturas imposibles.
El yoga es entrenar la mente.
Y en clase no practicamos ni hacemos yoga. Eso se hace precisamente desde el momento en el que salimos de clase. En clase «se aprende» yoga, y luego, se pone en marcha lo aprendido.
Nos habló de los venenos del hombre (la ignorancia, el ego, el deseo, el odio y el miedo). Nos hizo reflexionar mientras tratábamos de poner posturas (imposibles para mi sobre todo después de la carrera de ayer) sobre cómo afrontar eso que nos preocupa, sobre cómo tomar esa decisión que tenemos que tomar y no hacerlo desde el miedo, sino desde la calma.
Me fascinó la idea. El mundo del yoga se había acercado a mi (y yo a él) muchas veces. Incluso fui varias veces a preguntar al centro que tienen en la calle Fernando El Católico en Madrid.
Siempre he creído que es un mundo fascinante pero admito que la falta de tiempo, cierta pereza y algunas de las cosas que lo rodean, me lo han impedido.
Pero puede que las cosas sucedan cuando tienen que suceder y creo que me he encontrado con él cuando más falta me hacía. No tengo un minuto libre pero me he prometido repetir y darle al yoga (o, mejor dicho, a mi) otra oportunidad. Porque ayer salí fascinada.
Macarena Cutillas lleva siendo un referente en este mundo desde hace años. En 2013 abrió el primer centro y ahora inaugura un segundo en La Moraleja.
En ambos imparte Yoga Integral, ofreciendo distintos estilos de yoga: Hot yoga, Hatha, Ashthanga, Yin Yoga e Iyengar.
Vinyasa yoga
Hot Yoga
Hatha Yoga
Yin Yoga
Ashtanga
Iyengar
Creo sinceramente que el día de ayer fue mi primer acercamiento a un mundo que terminará, como a tanta gente, por atraparme para siempre algún día.