Lo he dicho una y mil veces. El hecho de que alguien como Jennifer Aniston estuviera detrás de Living Proof no hizo más que provocar la desconfianza en la marca pero Living Proof, muchos meses después, no solo no me fascina sino que no puedo dejar de utilizar sus productos.
Su champú y acondicionador No Frizz son los que utilizo el día que necesito un pelo «wow» pero ahora, desde hace semanas, no puedo vivir sin otro de ellos (os lo he adelantado en otros post): Blowout.
Se trata de un producto que, primero, protege el pelo en altas temperaturas. Hasta 235º aseguran.
Pero además de proteger, facilita bastante el peinado y además, «texturiza» el pelo. Es decir, que si quieres peinarte y que te dure más, es ideal.
A mi me gusta utilizarlo cuando me voy a hacer ondas con las tenacillas o simplemente no quiero que quede demasiado lacio.
Lo aplico sobre el pelo húmedo (secado con una toalla).
Uno de los fallos que le veo es que el spray (no sé si el mío está estropeado) no pulveriza demasiado el producto sino que lo lanza en plan chorro, así que lo pongo en las manos y lo aplico con los dedos.
El precio son 24 euros y se vende en los puntos de venta que aparecen en su página web.