El aceite de Monoi es conocido hace muchos años como un producto multiuso y el secreto de belleza mejor guardado de las mujeres de Tahití.
Se trata de un aceite refinado de coco que se macera en la flor de Tiare.
Aceite Monoi
Debido a la gran cantidad de imitaciones que surgieron y las milagrosas propiedades que posee, en Tahití consiguieron la denominación de origen.
Tiene innumerables usos, los más conocidos son para la piel del cuerpo y para el cabello.
Aseguran que no hay mejor tratamiento de belleza para un pelo sano, que aplicar este aceite después del sol y (si se quiere intensificar sus efectos) dormir toda la noche con el aceite a modo de mascarilla capilar y lavarlo a la mañana siguiente.
Para la piel los efectos son casi mágicos: nutre, hidrata y evita la deshidratación de la piel.
También se recomienda como bronceador pero no contiene filtro solar y pese a que algunas marcas, le han añadido filtros solares, no lo he visto con más de  un SPF 10, así que no me atrevo a recomendarlo.
Se puede encontrar en tiendas como Maquillalia por 8,60 euros.