Fuerza interior y afán de superación.
Eso es exactamente lo que transmite la fragancia de Therry Mugler A*Men.
Y no podían haber elegido un embajador que represente estos valores mejor que Oscar Pistorius.
Como sabéis Oscar Pistorius es un atleta al que una malformación congénita le ocasionó la amputación de loas dos piernas cuando contaba con tan solo once meses de edad.
Desde pequeño aprendió a caminar con prótesis y años más tardese convirtió en un brillante atleta consiguiendo varias medallas en los Juegos Paralímpicos de Atenas y llegando a ser triple recordman mundial y triple campeón paralímpico de 100, 200 y 400 metros.
Los cronómetros enloquecen a su paso y sus tiempos superan alguna vez a los atletas sin discapacidad.
Ahora, además de colaborar con proyectos humanitarios, también se ha convertido en la inspiración de la fragancia A*Men de Thierry Mugler.
Os transcribo una entrevista en la que le preguntan por esta nuevo e interesante proyecto:
¿Conocía la marca Thierry Mugler antes de convertirse en la inspiración de A men?
Sí, conocía la marca y sus perfumes; es más, ¡llevo usando el perfume A*Men desde hace más de tres años!
Para mí, Thierry Mugler es una marca audaz e innovadora. También representa la Alta Costura asociada a un diseño futurista y sofisticado.
¿Por qué aceptó convertirse en la imagen del perfume masculino de Thierry Mugler, A*Men?
Porque Thierry Mugler es una marca muy dinámica, que lleva cada vez más lejos los límites de lo posible. Me identifico, no solamente con la imagen que representa, sino también y sobre todo, con lo que transmite el perfume A*Men. Es decir, la superación de uno mismo, el sentido del desafío, la expresión de tu fuerza interior, de tu determinación, el cumplimiento de tus sueños… Todo un sistema de los valores que se encuentran en el deporte de alta competición que practico. Además, para mí lo más importante es superar
mis límites en el deporte, e incluso llegar más allá.
También aprecio la estética del frasco de A*Men, en Zamak plateado, y su perfume. No se parece a ningún otro, realmente te atrapa. Por un lado, tiene un aspecto muy masculino, amaderado, elegante, con mucha personalidad gracias al pachulí y al café, y por el otro, en contraste, la suavidad y la sensualidad que le aporta la vainilla.
¿Qué mensaje desea transmitir a través de este proyecto con la marca?
Como en todo lo que emprendo, ante todo busco disfrutar.
El mensaje que deseo transmitir desde siempre, todos los días, es alentar a todo el mundo para que tenga el coraje y la fuerza interior que ayudan a superar los prejuicios y a no dejarse influir por lo que piensen los demás. Desde que era muy joven siempre he querido hacer evolucionar las mentalidades sobre la discapacidad y acabar con los prejuicios, incluso a pesar de que a mí personalmente no me preocupan en absoluto las miradas de la gente, ni las de los deportistas sin discapacidad con los que me codeo.
Nunca me he sentido discapacitado, ya que nací así, sin pies. Tuve mis primeras prótesis a los 17 meses… y ¡soy normal! Tengo una perfecta movilidad, siempre he practicado varios deportes (en particular: rugby, natación, y después atletismo…). En la educación que he recibido, no había distinción entre no discapacitados y los discapacitados y he tenido que luchar para aprender y practicar actividades deportivas entre niños de mi edad. Hoy en día, mi historia es conocida y estoy contento de compartirla.
Estoy seguro de que este mensaje global asumirá una nueva dimensión gracias a la campaña publicitaria que hemos diseñado con la marca Thierry Mugler.
¿Cuál es su visión del personaje encarnado por A*Men?
Cada hombre tiene en sí mismo la capacidad de triunfar, de superarse y de alcanzar el éxito. En mi opinión, todo es cuestión de voluntad, de fuerza interior… sean cuales sean nuestras fuerzas y nuestras debilidades; y esto es lo que encuentro en el hombre A*Men.
Me parece un gran acierto para Thierry Mugler la elección de este hombre ejemplo de superación personal y además hay que tenerlo en cuenta que el Día del Padre está más cerca de lo que pensamos.
¿Qué os parece?